El pasado miércoles cumplió 70 años uno de los personajes más relevantes en el mundo del cine de animación en las últimas tres décadas: Hayao Miyazaki. Este polifacético director, creador del famoso Estudio Ghibli, es, sin duda, una referencia el género, habiendo recibido durante años elogios y reconocimientos prácticamente con cada película que ha hecho. Quizás la cima de su proyección internacional la alcanzó en 2002 con El Viaje de Chihiro, que ganó el Oso de Oro en la Berlinale y el Oscar a la mejor película de animación.
Las películas de Miyazaki no destacan por sus efectos especiales o la creación por ordenador. Son animes en los que el dibujo se cuida al máximo, que tiran de fantasía e imaginación para sorprender, divertir y conmover. Es complicado encontrar en su filmografía algo que no merezca la pena. Por ello, en los próximos días iré posteando mis impresiones sobre la obra de Miyazaki; una obra extensa, plural y maravillosa, y que espero que siga creciendo por muchas velas que sople este magnífico cineasta.
sábado, 8 de enero de 2011
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